La contingencia provocada por el coronavirus ha dañado a todas las empresas en México: grandes, medianas, pequeñas, micro e incluso a quienes se autoemplean (profesionales independientes). Seguramente, esta crisis le ha pegado más a unos negocios que a otros; pero todos se están enfrentando a diversos problemas derivados de los nuevos esquemas de trabajo, paros de sus actividades y cambios en los hábitos de consumo de las personas.
Y si bien ya no existen las mismas restricciones como cuando inició la pandemia (por las que una gran cantidad de negocios tuvo que cerrar sus puertas por semanas o meses), en esta nueva normalidad, todavía domina la incertidumbre y muchas empresas continúan esforzándose para no bajar la cortina permanentemente.
Para que no te agarren tan en curva, pequeño empresario o emprendedor, el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE), que es la escuela de negocios de la Universidad Panamericana, ha compartido algunas estrategias que puedes aplicar para hacerle frente a situación económica crítica como la que el coronavirus ha desatado.
1. Ajusta los gastos
Lo primero que hay que hacer es revisar exhaustivamente los gastos que tiene el negocio, con el objetivo de eliminar aquellos que no sean necesarios para la operación.
Esto también te permite seleccionar en qué estrategias o formas de venta invertirás, y para elegirlas toma en cuenta que deben ser solamente de retorno inmediato (que generen dinero lo antes posible). También revisa la mercancía acumulada para ver si puedes liquidarla y convertirla en flujo de efectivo.
2. Ordena al personal
Hay que negociar con los trabajadores para que exista un ganar-ganar. Pueden tomar vacaciones, trabajar de forma escalonada o desde casa (si se puede), la idea es que evites la reducción de sueldos.
Habla con tus colaboradores, infórmales que la situación es crítica, que se podrían eliminar bonos o ser diferidos, pero que el sueldo seguirá al 100%. Dales certeza durante la contingencia para que el entorno laboral permanezca lo más estable posible.
Otro tip: no contrates más empleados, a menos que de verdad los necesites.
3. Renegocia con proveedores
Es una estrategia que le permitirá a tu empresa tener liquidez; puedes dialogar con los proveedores para aplazar pagos o diferirlos.
4. Plantea una nueva estrategia de negocios
Ésta debe de tener dos partes:
- La primera considera el cómo actuar día con día y el cómo enfocarte en la operación del negocio, lo cual implica reducir las iniciativas a futuro;
- y la segunda, tiene que ver con el largo plazo, es decir, hacia dónde se debe dirigir el negocio para que los ingresos aumenten, por ejemplo: el plantearte si hay que migrar completamente al comercio electrónico o si hay que adelantar ofertas o planes de servicio.
5. Cuida el flujo de efectivo
Actúa con prudencia y evalúa el impacto financiero de tus decisiones antes de tomarlas. Para lograr la permanencia de la empresa y evaluar las decisiones que tomes, pon atención al estado de resultados y al flujo de efectivo.
En este momento, hay que enfocarse en acciones que te ayuden a cumplir dos objetivos: reducir gastos y generar o ahorrar efectivo.
No te esfuerces en aumentar tus ventas. En momentos de incertidumbre (de crisis), la gente no compra porque prefiere guardar su dinero para cubrir sus necesidades básicas. También cancela las nuevas inversiones, contrataciones, proyectos y todos los gastos que no sean necesarios.
6. Piensa dos veces si necesitas ese crédito
Ante una crisis económica, un crédito bancario “para poder salir adelante” se terminará invirtiendo en cubrir pérdidas operativas, financiar inventarios lentos u obsoletos o solventar cartera morosa e incobrable. En este escenario, lo único que causará será el cierre y la pérdida de patrimonio.
Por esto, antes de pedir el préstamo, haz un esfuerzo muy grande para reducir gastos, cobrar cartera vencida, bajar inventarios, vender equipo o maquinaria que no necesitas, todo con el propósito de no tener que pedir el crédito o asegurar mediante esas eficiencias los flujos de efectivo suficientes para poder pagar.
Pregúntate principalmente: en qué lo vas a invertir y si esa inversión te va a generar las ganancias suficientes para poder pagarlo.
7. Gestiona los riesgos
Un esquema básico de gestión de riesgos se basa en cuatro preguntas:
- ¿qué? (identifica los riesgos y prepárate para lo peor),
- ¿cómo? (clasifica los riesgos en cuanto a la probabilidad de que sucedan y las consecuencias que pueden traer, así como la gravedad de éstas),
- ¿cuándo? (los riesgos se evalúan de forma constante, como si fueran parte de cada etapa del proyecto)
- y ¿quién? (la persona adecuada para gestionar esos riesgos).
Con la situación desencadenada por el coronavirus, por ejemplo, muchos empresarios iniciaron tareas para lograr la continuidad de sus organizaciones, como la instalación de un comité de crisis, esquemas de trabajo remoto, la elaboración de planes de contingencia o el planteamiento de escenario financieros por si la crisis se extiende durante 60, 90 o hasta 180 días.
Ante escenarios de incertidumbre, cuestiona los métodos tradicionales de dirección.
8. Arriésgate para ganar
Toda crisis abre nuevas oportunidades. Debido al COVID-19, se está dando una profunda transformación en muchos modelos de negocio, los cuales están experimentando una rápida evolución en su metodología de trabajo y también en su relación con clientes, proveedores y colaboradores.
Son muchos los casos de emprendedores y directivos que están viendo esta crisis como una palanca para innovar su modelo de negocio; innovación que puede seguir siete direcciones distintas: productividad, comunicación, capacitación, contenidos, digitalización, movilidad y compromiso social.
Que no te gane el miedo de experimentar un cambio en tu negocio, y más si te das cuenta de que jugará a tu favor.
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