Hay muchos tipos de negocios y cada uno de ellos se distingue por determinadas características. En el caso de la venta directa, éstas se distinguen por el canal de distribución que emplean para la comercialización de determinados productos.
Y es que la venta de bienes de consumo y servicios se realiza directamente a los consumidores, mediante el contacto personal de un agente de comisión o mediador mercantil independiente, quien generalmente acude a los hogares, al domicilio de otros o al lugar de trabajo de los clientes, por lo que la venta se hace fuera de un local comercial.
Así pues, lo que diferencia a los negocios de venta directa de otros es el trato personal que se da entre el distribuidor o agente de ventas y los consumidores.
Según la Asociación Mexicana de Ventas Directas, un gran número de productos son vendidos de esta manera: cosméticos, perfumería, artículos de tocador y de higiene personal, enseres domésticos, artículos para el hogar y decorativos, productos de limpieza para el hogar, suplementos alimenticios, ropa, joyería, accesorios de moda, calzado, entre otros.
Este modelo de negocio permite que cualquier persona pueda iniciar su propia empresa por medio de la promoción de determinados productos y servicios, los cuales da a conocer directamente a los consumidores.
¿Y cuáles son los beneficios de iniciar un negocio de venta directa?
Oportunidad de negocio
Es una oportunidad accesible para cualquier persona. Si estás en busca de una fuente de ingresos alterna, cuyo desarrollo y éxito no está restringido al género, edad, educación o experiencia previa, la venta directa es lo que andas buscando.
Bajos costos para comenzar
Aunque hay algunas excepciones, en muchos casos no requieres de grandes sumas de dinero para iniciar con tu negocio de venta directa, incluso en algunas empresas te dan opciones para que puedas comenzar con una cantidad menor a la inversión inicial o que alguien más te financie.
Esto marca una gran diferencia entre la venta directa y las franquicias, o entre otras oportunidades de negocio, las cuales requieren de grandes inversiones iniciales para ponerse en marcha.
Independencia
Quienes se dedican a esta actividad no son empleados de la compañía que provee los productos o servicios que distribuyen, sino personas independientes que operan sus propios negocios y obtienen ganancias de ellos.
Flexibilidad de horarios
Al ser sus propios jefes, los distribuidores pueden combinar sus actividades diarias con la vida familiar y personal. Es solo cuestión de organización, y una buena puede hacer que la productividad laboral sea excelente sin descuidar otras obligaciones.
Servicio a los consumidores
Muchos consumidores se benefician de la venta directa y aprecian esta forma de comercialización por la comodidad y el servicio personalizado que provee, así como por la entrega a domicilio de aquello que compran.
Alcance
Los clientes pueden estar más allá de donde radicas. Por ejemplo, si utilizas redes sociales para hacer promoción de lo que vendes, podrías llegar a enviar tus productos a distintos estados e incluso a otros países. Todo depende de qué tanto empeño le pongas al desarrollo de tu negocio.
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