Vender desde casa: los beneficios de la venta remota

El mundo ya cambió y con él, los consumidores… Ante esto, no es nada raro que las formas de vender y hacer negocios también se hayan transformado. Los equipos de venta, tanto de las grandes empresas como de los pequeños negocios, están experimentando cambios de manera acelerada, pues ya se sabe que quienes no reaccionen rápidamente, simplemente se quedarán atrás, perderán clientes y no sobrevivirán.

Uno de los retos a los que muchos profesionales de ventas se enfrentan es al de hacer su labor sin contacto físico. Las tiendas en línea y las redes sociales ya eran canales de venta considerados por muchos negocios; pero la pandemia aceleró la normalización de la venta remota, que se produce cuando el vendedor y el cliente potencial nunca se encuentran en la misma ubicación durante el proceso de ventas.

El aislamiento social hizo que las llamadas telefónicas, las reuniones por video, el correo electrónico, los mensajes de WhatsApp, las redes sociales y las tiendas en línea cobraran mayor importancia para vender y comprar.

Así que, muchos vendedores comenzaron a laborar desde su hogar (y hay varios que aún lo hacen). Más allá de no tener que levantarse horas antes para llegar a tiempo a la oficina o a alguna reunión, las ventajas de esta modalidad son varias y aquí te las enlistamos.

Trabajas desde cualquier sitio

Quizá en este momento, por la pandemia, esto sea un poco complicado; sin embargo, podrías estar vendiendo desde tu casa, un café, un restaurante o la playa.

Y es que prácticamente lo único que necesitas para ir por potenciales clientes y darles seguimiento a quienes ya te compraron es un dispositivo móvil que te permita conectarte a internet y hacer llamadas.

Es tu decisión quedarte en casa a trabajar o incluso, asistir a un espacio de coworking, donde podrías hasta conseguir nuevos clientes.

Pierdes menos tiempo y dinero

Al no tener que trasladarte hasta una oficina, te evitas el tener que lidiar con el tráfico y la pérdida de tiempo en los traslados, así como el gasto que implica el transporte (ya sea que utilices el público o cuentes con tu propio auto).

Trabajar desde casa ahorra el estrés de desplazarse, llegar a tiempo y gastar el dinero en hacerlo.

Y otro ahorro es que, si eres un trabajador independiente o emprendedor, no debes gastar en una oficina y todo lo que conlleva: renta del espacio; y costos de los servicios (agua, luz, internet).

Eres más productivo

Imagina el día de un vendedor de campo: yendo de un lado a otro, esperando a que lo reciban, tomando café, entrando y saliendo de reuniones… Es tiempo perdido que, en lugar de gastarse en traslados, esperas y reuniones más extensas de lo previsto, puede utilizarse para prospectar o dar seguimiento a un cliente.

Las ventas remotas hacen que todo pase en un mismo lugar, así que se pueden duplicar la cantidad de reuniones que pudieras tener y brindar una mejor y más inmediata atención a tus consumidores (contestar sus dudas o resolver problemas a través de WhatsApp, un mensaje por Facebook o, si te gusta algo más directo, una llamada telefónica).

Incluso, esto podría resultar benéfico para algunos de tus clientes y sumarse al buen servicio que brindas: si no hay tiempo para verse cara a cara, sólo envía un link para tener una reunión por Zoom (o alguna otra aplicación) a una fecha y hora acordadas.

Tienes acceso a mayor mercado

Tú puedes vender desde cualquier lugar y tus clientes, comprar desde cualquier sitio, así que no sólo te limitarás a vender a personas de tu ciudad, sino también tendrás contacto con consumidores de todo tu país o hasta de otros países. Ésta es una de las principales ventajas que te dan las herramientas digitales.

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