Características del liderazgo femenino

Ser líder no es una cuestión de titulación o cargo, muchos menos de género. El liderazgo consiste en “la actividad o proceso de influenciar a la gente para que se empeñe voluntariamente en el logro de los objetivos del grupo”, según la definición aportada por John P. Kotter, autor de Qué hacen los líderes.

Así que tanto hombres como mujeres son capaces de ser líderes, personas que reconocen las capacidades de sus colaboradores y saben cómo aprovecharlas para enriquecer a todo un equipo.

Actualmente, cada vez son más las empresas que apuestan por el liderazgo femenino. Según el Global Gender Gap Report 2020 de Statista, en 2016 solo el 25 % de los puestos directivos estaba ocupado por mujeres; en cambio, en la actualidad, representan el 36 % de los altos cargos.

Y es que las mujeres en puesto de alto mando generan un impacto positivo: de acuerdo al informe The business case for change (2019), tres de cada cuatro empresas incrementan sus sus beneficios entre un 5 % y un 20 % cuando incorporan a mujeres en sus juntas directivas.

Sin lugar a dudas, las mujeres son excelentes líderes, pero cuáles son las características que se deben trabajar para llegar a serlo. La institución financiera Santander enumera diez.

Empatía: Se debe tener una facilidad para socializar y establecer lazos personales con cada integrante del equipo, valorando no solo los aspectos profesionales, sino también los emocionales.

Trabajo en equipo: Las líderes propician de forma natural la inclusión y colaboración de las personas. Tienden a aceptar y solicitar opiniones, propuestas o ideas de todos los integrantes.

Capacidad de inspirar y motivar: De acuerdo con el estudio Are Women Better Leaders than Men? publicado en Harvard Business Review en 2012 y actualizado en 2019, las mujeres directivas presentan una sobresaliente capacidad de inspirar y motivar a los demás al favorecer un clima de confianza e integración.

Comunicación: La asertividad y la escucha activa son habilidades en las que destacan y que garantizan que los interlocutores entiendan y cumplan los objetivos planteados.

Productividad: Las líderes son muy buenas en la gestión del tiempo, distribución de las tareas y observación de los detalles.

Adaptabilidad: Tiene mucha disposición a las nuevas ideas, lo que hace que les sea fácil adaptarse al cambio.

Gestión del cambio: Tienen la capacidad de superarse y mejorar constantemente, lo cual aplican al negocio y les permite gestionar los cambios y afrontar los problemas ágilmente.

Innovación: Esto sucede porque son flexibles y abiertas a nuevos enfoques o productos, algo que permite la innovación.

Resolución de problemas: Pueden realizar diferentes acciones de forma simultánea y tienen una sólida capacidad de análisis, por lo que disponen de una ventaja a la hora de tomar decisiones y afrontar crisis. 

Negociación: Siempre buscan el ganar-ganar y promueven un debate colaborativo y participativo.

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