Lebasi, una historia de crecimiento continuo

Fue en 1998 cuando Etienne G. Chenel fundó Lebasi y decidió que el centro de operaciones en el continente americano estuviera en México.

El empresario tomó esta decisión porque se enamoró del país y de su gente, así que fue en la República Mexicana donde comenzó a desarrollar este modelo de negocio que representa una oportunidad para mejorar no sólo la salud, sino también el desarrollo económico de las familias.

“Con Lebasi no sólo logramos dar a las personas un producto maravilloso; también les damos una oportunidad de mejorar su economía por medio de la distribución del lactoserum suizo, comenta Chenel.

Después de poco más de un año de haber arrancado, Lebasi ya estaba celebrando su primera convención anual de distribuidores. Además, durante sus primeros 5 años de vida, quintuplicó sus ganancias, superando los ingresos de más de 100 millones de pesos por año.

Obviamente, este crecimiento también se reflejó en su generación de empleo, pues comenzó a tener la necesidad de conformar determinadas áreas para operar óptimamente.

Los pasos de Lebasi en América

Y aunque la historia de Lebasi comenzó en la Ciudad de México, desde el 27 de noviembre del 2000, su centro de operaciones se encuentra en Aguascalientes, una ciudad que le ofrecía varias ventajas con respecto a su primera ubicación.

“Aguascalientes es una ciudad-estado. Es muy segura, está creciendo y tiene un buen desarrollo económico. También es una ciudad muy limpia, tiene presencia extranjera, cuenta con una ubicación estratégica: está en el centro del país, a una muy corta distancia de varios estados. Su gente es otro factor: la mentalidad hidrocálida es de gente buena, tranquila, no conflictiva. En conclusión, es una ciudad amable”, enlista Etienne.

Aunada a esta mudanza, en 2004, la empresa decidió invertir en la construcción de su propia planta de producción de lactoserum. La planta, enclavada en el corazón de los Alpes suizos, se encarga de la producción que da abasto al continente americano; por supuesto, los botes de Lebasi que salen de ella cuentan con el sello de calidad de lo hecho en el país europeo.

“Nuestro objetivo es estar en toda América con un sistema de comercialización honesto, con un producto saludable y que genera oportunidades de crecimiento”.

Y esta meta es a la que continúan apuntando, aunque ya hayan dado algunos pasos para alcanzarla. El primero de ellos fue la llegada del producto a Argentina, país al que se sumaron: EUA, Canadá y Perú, donde se ubica el centro operativo para la región andina.

“Tenemos distribuidores en las ciudades más importantes de estos países y estamos en los países que piden el lactoserum Lebasi. Ya contamos con más de 60 mil distribuidores en toda América”.

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