Cuando las mujeres carecen de independencia económica les es más difícil salir de una relación violenta. Por esto, el empoderamiento económico es vital en la lucha contra la violencia hacia las mujeres.
Y es que el contar con los recursos económicos necesarios para vivir, sin depender de otro para obtenerlos, brinda independencia, libertad y mayor capacidad para decidir.
Las mujeres necesitan poseer un bien económico o material para ser autónomas y tomar decisiones desde otro nivel. Por eso, conceptos como el de “brecha salarial” tienen tanta resonancia actualmente (que la mujer perciba un salario menor al hombre por realizar el mismo trabajo).
Para lograr ese empoderamiento femenino y darles más armas a las mujeres para luchar contra la violencia, se han llevado a cabo múltiples esfuerzos que van desde la aceptación de la invisibilización de la labor doméstica hasta la valoración del dinero propio y las iniciativas para que las mujeres realicen actividades remuneradas.
Y es que, según cifras de Acción Ciudadana Contra la Pobreza, todavía hay 16.9 millones de mujeres que no pueden buscar trabajo porque realizan labores del hogar. A esto, se suma que el 72% de las trabajadoras reciben un ingreso que no les alcanza para comprar más que lo básico de la canasta de alimentos.
También, dentro del empoderamiento económico femenino se incluye la lucha contra la división sexual del trabajo y la segregación ocupacional, puesto que aún la mayoría de los puestos directivos y gerenciales en centros de trabajo son ocupados por hombres.
Asimismo, urge establecer un equilibrio entre la vida privada y laboral, ya que las mujeres sigue siendo las más involucradas en las tareas domésticas.
De acuerdo con cifras del Inegi, las mujeres destinan en promedio 25.7 horas a la semana para labores dentro del hogar, mientras los hombres ocupan 11 horas para la misma actividad, a pesar de que ambos estén en el campo laboral.
Y aunque el ámbito económico es vital para el empoderamiento femenino, éste no puede lograrse si no es acompañado por otros tres componentes: el psicológico, el cognitivo y el político.
La igualdad es un buen negocio
Como parte de los esfuerzos para empoderar a las mujeres económicamente, la ONU Mujeres y el Pacto Mundial de las Naciones Unidas lanzaron una serie de principios para que las empresas analicen y estructuren políticas y prácticas en pro del empoderamiento femenino.
- Promover la igualdad de género desde la dirección al más alto nivel.
- Tratar a todos los hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo; respetar y defender los derechos humanos y la no discriminación.
- Velar por la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y trabajadoras.
- Promover la educación, la formación y el desarrollo profesional de las mujeres.
- Llevar a cabo prácticas de desarrollo empresarial, cadena de suministro y mercadotecnia a favor del empoderamiento de las mujeres.
- Promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y cabildeo.
- Evaluar y difundir los progresos realizados a favor de la igualdad de género.
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