Los inicios de Lebasi: 14 cajas en el metro de la Ciudad de México

Un producto fabuloso, pero totalmente desconocido en el país… Eso era lo que el suizo Etienne G. Chenel tenía cuando decidió comercializar el lactoserum suizo Lebasi en México por primera vez.

Catorce cajas de Lebasi en la estación Insurgentes del metro, en la Ciudad de México (en ese entonces, Distrito Federal), fue el inicio de Lebasi. A Etienne, se le hizo un excelente lugar para empezar a captar clientes debido al hervidero de gente que se congregaba.

Aquel día, cada que lograba una venta, anotaba los datos de su comprador, los cuales utilizó posteriormente para conocer la opinión de cada uno y comenzar a reunir personas interesadas en consumir por más tiempo el producto y entrar al negocio… de ahí surgieron algunos de los primeros distribuidores de Lebasi.

Eso sucedió en el año de 1998. Hoy en día, Lebasi es una empresa que está presente en varios países de América y que cuenta con más de 60,000 distribuidores.

Es un sueño que nació en Suiza, se hizo realidad en México y se expandió a otras naciones americanas. Un sueño que consiste en dar salud y una oportunidad de crecimiento a las personas.

“Las personas venden salud. Trabajan con un producto bondadoso, nutricional, el cual les ofrece una oportunidad de crecer”, puntualiza Etienne.

El suizo que se enamoró de México

“Llegué con 4,000 francos suizos a México y sólo venía de vacaciones; pero me enamoré del país, me enamoré de su gente…”, cuenta Chenel, mientras recuerda sus primeras impresiones de la República Mexicana y qué fue lo que lo hizo elegirla como punto de partida para su negocio.

“Yo conocí Lebasi en Suiza, un producto que desde hace mucho tiempo se comercializa ahí; lo conocí por una amiga que me lo recomendó. Inicié a consumirlo y me hizo mucho bien. Esa misma amiga me contactó con personas de EUA, quienes me pidieron que los apoyara como consejero, que consistía en dar a conocer el producto en el país norteamericano compartiendo mi propia experiencia”.

Cuando él buscó comercializarlo en México decidió aplicar un modelo de negocio a través de distribuidores, debido a que le permitiría crear un círculo virtuoso y porque se ajustaba a su filosofía de vida. “Enseña a pescar, no regales pescados; esa es mi filosofía de vida. Con Lebasi no sólo logramos dar a las personas un producto maravilloso; también les damos una oportunidad de mejorar su economía por medio de su distribución”.

Lebasi comenzó a operar en octubre de 1998 en México y para mayo de 1999, ya estaba celebrando su primera convención anual de distribuidores. Etienne recuerda de esa época cómo muchas personas se sorprendían de los recursos que podían generar por medio del producto:

“Un señor me regresó su cheque porque pensaba que la cantidad estaba mal, cuando revisé yo mismo y a mano los cálculos, le dije que no había ninguna equivocación; el hombre no podía creer que estuviera recibiendo ese dinero. Y así hay muchas historias, de personas que han podido comprar su casa o coche sólo con vender un producto que ofrece tantos beneficios”.

Una empresa que no ha dejado de crecer

El crecimiento de Lebasi fue tan acelerado, que se convirtió en su primer reto: la demanda era tan alta que no se daban abasto, prácticamente todos los ingresos que se obtenían se reinvertían para comprar más cajas de Lebasi y hubo ocasiones en que, a pesar de todos los esfuerzos, no se tenían las suficientes.

Durante sus primeros cinco años de vida, la empresa quintuplicó sus ganancias, superando los ingresos por más de 100 millones de pesos por año. Obviamente, este crecimiento también se reflejó en su generación de empleo, pues el negocio comenzó a tener la necesidad de conformar determinados equipos de trabajo para operar óptimamente.

A la par de este desarrollo, Etienne alimentaba una aspiración mucho más grande: hacer que su objetivo de dar salud y una oportunidad de mejorar su economía a las personas traspasara las fronteras de México.

El primer paso que dio para lograr tal propósito fue Argentina y, posteriormente, el producto llegó a EUA, Canadá y Perú (en este último país se ubica el centro operativo para la región andina). Pero esto apenas es el primer tramo recorrido para Lebasi, cuya meta consiste en estar presente en todo el continente americano.

“Tenemos distribuidores en las ciudades más importantes de estos países y estamos en los países que piden el lactoserum Lebasi. En el caso de EUA, los distribuidores y compradores son familiares de quienes venden o compran aquí en México. Así que los países son los que nos han escogido a nosotros”.

Actualmente, el centro de operaciones de la empresa se encuentra en la ciudad de Aguascalientes, México y está en búsqueda de abrir mercado en Bolivia.

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