Uno de los primeros pasos que se deben dar en cuanto a educación financiera es la realización de un presupuesto y es, sin lugar a dudas, la clave de unas finanzas sanas.
Y es que, ante dificultades económicas, tener un presupuesto y ajustarse a él puede salvar las finanzas personales, puesto que se sabrá con precisión cuánto se gana, cuánto se gasta y cuáles son los cambios que se deben hacer para no entrar en aprietos.
Es importante que el presupuesto esté siempre actualizado con los gastos que se realizan a diario. Por esto, se aconseja llevarlo consigo en el dispositivo móvil o tenerlo en físico (en alguna agenda o libreta); así se tendrá siempre en cuenta lo que se ha consumido y estar alerta ante cualquier situación económica inusual.
¿Cómo hacer un presupuesto?
En realidad, es muy sencillo. Sólo hay que darse un pequeño espacio de tiempo para:
- Sumar todos tus ingresos.
- Identificar y sumar todos tus gastos: alimentación, renta, servicios, transporte, ropa…
- Al total de tus ingresos restar el monto de los gastos.
El resultado de esta operación representa tu capacidad de ahorro o de endeudamiento en caso de que pienses adquirir un crédito.
¿Para qué sirve un presupuesto?
- Tener el control de tu dinero. Con esto podrás determinar tus ingresos y planear tus gastos cada semana, quincena o mes.
- Poder identificar gastos necesarios y evitar los innecesarios. De esta forma podrás eliminar los llamados gastos hormiga.
- Conocer tus posibilidades de ahorro, para lograr tus metas a corto, mediano o largo plazo y crear un fondo para emergencias.
- Determinar tu capacidad de endeudamiento, lo cual te permitirá solicitar o acceder a posibles créditos en caso de necesitarlos.
- Reducir el riesgo de incumplir obligaciones financieras.
- Conocer la realidad de la situación financiera para tener la oportunidad de realizar ajustes cuando sea necesario ante de cometer errores.
Deja un comentario